Contra los malvados
1 Del maestro de coro. Salmo. De David.
2 Líbrame, Yahveh, del hombre malo,
del hombre violento guárdame,
3 los que en su corazón maquinan males,
y peleas albergan todo el día,
4 aguzan su lengua igual que una serpiente,
veneno de víbora hay bajo sus labios.
Pausa
5 Presérvame, Yahveh, de las manos del impío,
del hombre violento guárdame,
los que proyectan trastornar mis pasos,
6b y tienden una red bajo mis pies,
6a los insolentes que me han ocultado cepo y lazos,
6c y al borde del sendero me han emplazado trampas
Pausa
7 Yo he dicho a Yahveh: Tú eres mi Dios,
escucha, Yahveh, la voz de mis súplicas.
8 Oh Yahveh, Señor mío, fuerza de mi salvación,
tu cubres mi cabeza el día del combate.
9 No otorgues, Yahveh, al impío su deseo,
no dejes que su plan se realice.
Los que me asedian no alcen sobre mí 10 su cabeza,
Pausa
ahóguelos la malicia de sus labios;
11 llueva sobre ellos carbones encendidos,
en el abismo hundidos, no se levanten más;
12 no arraigue más en la tierra el deslenguado,
al violento lo atrape de golpe la desgracia.
13 Sé que Yahveh al humilde hará justicia,
y llevará el juicio de los pobres.
14 Sí, los justos darán gracias a tu nombre,
los rectos morarán en tu presencia.
♣
(Beethoven, Symphony 9, 2nd movement (complete), Molto vivace, Philharmonia Baroque)
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